Y después,
por si no fuera poco, me besabas.
Sabiendo que mis labios inertes y fríos
no tendrían la sensación de tu hendidura
posándose sobre mi boca ya sin aliento,
sabiendo que el calor que nunca tuve en vida
tampoco sería mío una vez muerto.
Soñé que me matabas.
Y además,
te burlabas de mi cuerpo yerto.
Te entregabas a mi con la lujuria
que sólo una puta puede tener,
pero de esta manera te burlabas cínicamente,
porque aquel cuerpo al que te concedías
no era más yo.
Soñé que me matabas
pero entonces,
eras mía sin serlo de verdad,
de aquello que reside en la carne
de aquello que se pudre y se va por la alcantarilla,
de aquello que se vuelve tierra.
Tan mía, pero para nada de mí,
de aquél que te nombra y te sueña.
Carlos Axolotl
>Para la mujer de las uñas rosas<
1 comentarios:
Surge de nuevo el tan discutido "topos" de propiedad: en el amor, el deseo o la pasión.
"Mia/o". ¿y como ser tuy@ sin dejar de ser yo?
Muy frecuente en las relaciones modernas.
Lindo poema, linda enseñanza: "Si te llega, lo hará tarde, tanto que parecerá que no llego"
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