No se puede escribir si se está triste,
el oficio se atasca,
predomina la línea pedregosa
por la que no puede fluir ni una palabra cierta,
el paisaje es escombro de nombres sin sentido
y los ojos erráticos no se pueden fijar en cosa alguna,
transcurre un coche despacio por el siglo pasado de laventana
y se lleva arrastrando la poca magia que la imaginación,
sirvienta remolona del deseo,
estaba queriendo construiry queda sólo un tiradero de añicos vidriosos y salados,
no hay nada tan triste
como un poeta tristetratando de escribir en su tristeza.
Un pequeño homenaje al hombre que dijo adiós
de la forma más digna...
"Hago una caravana a las personas que estoy echando ya tanto de menos, y digo adiós."
0 comentarios:
Publicar un comentario