desierto de olas de arena,
edificamos el país de los refugiados,
dibujando paredes con las manos
y acarreando agua del manantial de tu ombligo,
puerta del universo, nudo del cielo.
Al norte del desierto brotaban las espigas,
alimento de los desterrados,
multiplicación de panes y peces.
Al sur la orilla del mundo,
por donde los barcos naufragaban
y todos los muertos se encendían para volver a morir.
La serpiente de tu boca que es un ángel,
bendijo con palabras a nuestro país,
cueva de ladrones y leprosos;
arcoiris de semen blandecia por las mañanas,
y por la noche el desierto se convertía en mar
para saciar a los hambrientos.
El deseo que fue nuestra biblia
gobernó los atardeceres de nuestro territorio,
las guerras eran constantes pero nuestro país
se fundaba sobre la necesidad de los olvidados,
pobres exilados, qué será de ellos
ahora que nuestro país ha quedado devastado.
1 comentarios:
Es bueno saber que se tiene a este tipo de amigos como el buen Carlosdu. Sin duda alguna, te agradezco este poema que escribiste pensando en una crisis mía. Lo malo sería que ella quisiera cobrar también de tus escritos regalías jajaja...
Gracias.
P.D. y vamos por el segundo recital, primero fue Orfeo...ahora toca el turno al minotauro!!!!
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