Palabras y más palabras, de pronto encuentran cierto orden y se convierten en una oración la cual encuentra cierta complacía con otras tantas hasta estructuras ideas. Las ideas se aman, se derrochan, se erotizan, se matan y conforman un relato. Yo no hago más que derramar palabras sobre mi teclado, escupo, orino, eyaculo estas perras negras y de pronto como por un agente divino, resulta que tú me comprendes, resulta que tú compartes la experiencia mundana de mis palabras y encuentras la coherencia sintáctica de mis ideas.
Que buen arte este escribir, de crear escenarios, de despertar pasiones, de invocar porquerías y esperar la interacción de la lectura, aaaa que sensual.
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