Esta escena es tan pueril,
las palabras pronunciadas me traspasan
y las calladas me ultrajan.
El cuerpo me revienta en dolor
como si la edad me atacara;
no hay ningún motivo para sonreír
la luz leonada de la ventana
no provoca más que melancolía.
Mi voluntad languidece
en el teatro de la deferencia,
donde antes había sol
hoy simplemente hay escarcha,
donde antes había amor
hoy sólo hay ausencia.
La soledad es la mejor compañera
cuando ya se está resuelto a morir,
uno sólo tiene que tomar pocas dosis
del ‘soma’ de un mundo feliz
y dejarse llevar por el raudal
de la inopinada oscuridad.
Mi cara lacrimosa
acompaña al sonoro silencio,
el vituperio es perfecto,
es la hora de desojar las cañadas
con peroraticas palabras de ardor.
¿Qué te puedo decir sin palabras?
puede que pueda sonar palurdo
ante la ráfaga de luz lunar;
en esta noche que rebenquea sus colores
solamente puedo confiarte
que esta mediocridad es tu ausencia.
Carlos N. Mora D 17 Abril 2006
Carlos N. Mora D 17 Abril 2006
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