Lluvia ácida y cigarros mojados,
bocas que se encuentran en la huida,
manos que lo mismo da
que fueran alas o bastones,
colisión de tranvías en escape.
Tenemos tanto en común
¡casémonos entonces!
Tú harás la cama y
yo las poesías
y juntos haremos las tardes.
Pretexto para nuestra aversión
a la soledad innata.
-Solo de guitarra y tiempo-
¿Pero qué es lo que dices?
que ya no saben a hierbabuena
los besos que nos damos,
que sólo somos una triste parodia
del mercado de valores.
¿Extrañas tu casa?
¿Quieres estar solo?
Yo también te odio,
¡y por qué no te vas ya
y dejas el espacio andar sin ti!
No hay nada peor
que el cansancio vulgar de tus brazos.
-Rapsodia de poesías hacia otros ojos-
Otra vez pensando en tus bocas,
de nuevo lluvia ácida sin cigarros,
y yo que decía que era poeta
y ni un verso se me escurre
para salvaguardar la soledad.
Aquel hombre me amaba,
le escribo en tono recatado
un par de poesías para decirle
que estoy sola en mi cama de mimbre,
pero tú también estás solo
y no hace falta que me lo digas
¡somos tan patéticos, tan humanos!
-Final en réquiem fúnebre-
Fotografía: "Cigarro entre tus manos" (Carlos A.)
3 comentarios:
No es mala... sólo que has hecho mejores.
Breve reseña de un amor pasado, al final de todo, los recuerdos son lo unico que queda. Me gusto, que te puedo decir, no soy mas que una admiradora tuya.
mierda
Publicar un comentario