o de su odiosa escasez…
es que me dobla el alma necia
deseosa de entender la redondez
y me dobla su imagen de espejo promisorio
-fantasmal- en que me inserto.
Laberinto aterrado de la nada tras sus muros.
A veces hablo de Sherezada y sus ladrones y sus muertos.
Porque en su tiempo yacía ya
mi alcoba decorada por la sangre de unos besos
Porque me falta voz y soy nostalgia.
A veces hablo de las prostitutas y su heroica misión
porque en ellas trato de esbozar tu rostro
cúmulo de rostros de las mariposas
que se entregan
para reinventar sus alas
de piernas cítricas
sus bocas
de colores comestibles.
Pero a veces, tal vez las más vacías,
hablo de ti.
De las sabanas que no hemos compartido
de los desvanes que he llenado de tus cosas que no tocas.
No sé si hagas falta
pero aquí hay gatos huraños de hambre
piernas que no has usado para caminar los cielos
las verjas de un hogar compacto
los huérfanos nefatos con tu carácter propio,
maternal, de la ausencia.
A veces también hablo contigo.
Y tu respuesta es la misma
No existo… no existo.
Iván Valdés.
1 comentarios:
Hombre hermano!!! es gratificante entrar al blog y leer este hermoso poema. Me ha encantado; más allá de alguna crítica pretenciosa, debo decir que me atrapó el poema. Ya te hacía falta uno de estos jajaja.
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