Tengo una postal onírica
del día en que te conocí:
los árboles goteando los frutos
y la lluvia y el viento
en un lienzo de relámpagos multicolor.
Tu boca mordiendo ciruelos
y los labios que devienen
de rojo a morado,
como quien deviene
de la sangre a la penitencia.
Quién probara los ciruelos,
quién matara al cordero.
Quién fuera el amante de tu boca
en el huerto de tu casa.
Como en el cuadro de Klimt:
la fuente de vida, los amantes
y la espera.
Pintura: El arbol de la vida
Gustav Klimt
3 comentarios:
¿Ves? Qué diferencia. Breve, bien escrito, con un ligero toque de drama (obvio), sutil.
Es muy hermoso lo que escribes. No necesita que lo evaluen. Simplemente es.
Completamente de acuerdo, crítica poética, ¿qué mierda es esa?, o ¿quién se dedica a eso?, hay millones de pobres en el mundo, como para que aún alguien crea que la poesía se debe limitar a la estética.
Publicar un comentario