Pensar que entre tu y yo
no pesan quinientos años de conquista,
neoliberalismo rapaz
y clases sociales.
Somos tan distantes.
Desde el enfoque de la estética,
desde la sinceridad de la ética,
atravesados por la moral
y la educación cristiana.
La belleza te reclama.
La sagrada palabra,
las reuniones con tus amigas,
los programas de espectáculos
y tus redenciones burguesas.
Nada me ancla en tu coraza.
Ni la música compartida,
ni las bromas amorosas,
ni el libro de Cortázar
y mucho menos estas palabras.
Soy un marginado de tus dedos.
Un miserable de tus sonrisas,
un pobre injerto de poeta,
desde las lejanías del papel
y las horas de la madrugada.
No hay revolución posible.
Ni los científicos ni los guerrilleros,
ni los artistas ni los ateos.
Son todos intentos vanos
en busca de un nuevo amo.
La postmodernidad es un sueño.
El surrealismo ha terminado,
las utopías revolucionarias.
El pan y los peces multiplicados,
¡el milagro de tus besos!
Foto: Antonio Casas
1 comentarios:
Se me hace extrano que fantasees con el amor, si esa palabra es extraña en tu vocabulario,... me encanta lo que escribes, pero esto me encanto un poquito más.
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