ayer cuando me despedía de ti.
-ese mismo impulso
que tuve el primer día,
y cada día posterior al mirarte nuevamente.
Pero una vez más no pude hacerlo,
porque besar tu boca,
sería el primer paso
para caer en el espeso pantano
del amor.
Y es que uno no puede
andar por la vida
siguiendo sus impulsos.
Qué sería del mundo
si Cristo hubiera cedido al impulso de los olivos.
Qué sería de la humanidad
si Gandhi hubiera declinado ante el impulso del hambre,
o si Darwin hubiera claudicado ante dios.
¿Qué sería de mi si tus besos,
ávidos de esclavos, me sometieran
al hambre, a los olivos y a dios?
Foto: Slapbcn
2 comentarios:
¡Ah! ¡Qué buena! El remate genial.
¡Cómo me gusta releer esto!
Publicar un comentario