No importa el color de los zapatos,
el nombre de la avenida
ni el costo del vino tinto.
Un día sin más, seremos muerte,
destino inexorable y apasionado,
amante sempiterna y leal.
Seremos muerte trágicamente,
en medio de una pandemia
de letras poéticas enfermas de catarro.
Seremos muerte ridículamente,
al resbalar con la cascara de una banana,
o al caer la radio sobre la tina de baño.
Seremos muerte heroicamente,
enredados en la bandera nacional
y hondeando los corazones por nuestra miseria.
Seremos muerte amorosamente,
en las letras-liendres de un carta
o en un nocturno a rosario antes del suicidio.
No importa el guión ni la hora,
la muerte no espera,
los caballos que tiran de la carreta
están ciegos y desbocados.
Un día sin más, quizá este mismo día,
la muerte se colgará de nuestras espaldas
y nos derribará hasta por debajo de la tierra.
Nos robará el aliento y nos pudrirá con su abrazo.
Y sólo espero que en aquél momento
la muerte me permita despedirme de ti,
o hasta llevarte conmigo.
Pintura: Courbet
1 comentarios:
wow!!! sin duda alguna es uno de tus mejores escritos. Me agradó mucho el juego de imágenes y significaciones.
Lo mejor de la muerte, es que es muda mi buen amigo, y eso se le agradece.
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