-Había optado por volver. Quiero creer que en verdad podemos volver y comenzar de nuevo; pero me duele mucho, me duele el alma, me duele el cuerpo donde dejó sus andanzas, me duelen los ojos que han volado tras de su rastro.-
Este es el juego donde todos pierden, es el juego de las máscaras y las actuaciones cínicas. Todos han perdido en este triángulo amoroso. No te sientas tan mal, a ella también le duele mucho, sufre igual que tú, incluso igual que él. Te quiere, no puedo negártelo, te quiere mucho, pero no como hombre, no como pareja. Ella te quiere como algo parecido a un amigo sin llegar a serlo. Le duele en la medida que le diste una pasión, una comprensión, una aceptación y un cariño que nadie le había dado hasta el momento. Te interesaste por ella, por su vida, por lo que podía sentir; trataste de curar sus heridas, pero al mismo tiempo le hacías otras y gozabas que ella te las hiciera a ti.
El amor es eso, doler, hacerse daño, matarse poco a poco. El amor es el juego donde todos pierden y se consumen. Amar es dar lo que no se tiene a alguien que no lo es. Quisiste darle la serenidad que ella necesitaba por momentos, la tierra donde necesitaba descansar sus pies, le diste seguridad en ciertos días e incluso, no puedo negarlo, le diste felicidad. Pero se lo quisiste dar sin que tú lo tuvieras y se lo diste a la mujer que no era la que tú creías. Tú mismo careces de esa seguridad, de ese conocimiento, de esa tranquilidad. En ella has reflejado tus miedos. Eras tú el que necesitaba todo lo que quisiste entregarle y ha sido más tu necesidad de recibir eso, que la necesidad de ella de obtenerlo. Por eso hizo lo que tenía que hacer y tú hiciste lo que también tenías que hacer. Todo el tiempo lo supiste, ella no te pertenecía y aún así quisiste seguir jugando. Ella también lo sabía, no te correspondía en ese amor, pero quiso jugar con tal de no perderte. Jugaron sabiéndolo muy bien y un tercero entró al juego, también con ese conocimiento.
Han perdido, pero Armando ha decidido salir del juego y llevarse lo que pudo rescatar. Ahora son dos nuevamente, tú y ella; son dos y el juego tiene que seguir, tiene que seguir no por su decisión, sino por la decisión de una voluntad que no les permite ahora echarse para atrás. Ahora todo se centra en quien resulta siendo el mayor derrotado. Tienes la posibilidad de presionar “game over” y aceptarlo de una vez, o puedes hacerlo hasta que ella se canse de jugar y entonces ni siquiera esa posibilidad podrás hacerla válida; aún en el engaño, ella habrá tomado la última decisión.
-Que ella la tome, que ella decida entonces.-
Eres como un hombre mortal frente a un dios. Los dioses nos odian, pero ese odio nos une a ellos. No es un odio físico. En el odio físico la lucha es cuerpo a cuerpo. En el caso del odio de los dioses, el odio es metafísico. Los dioses en ese aborrecimiento a los mortales nos han hecho entrega de una libertad, la libertad de someternos a ellos por voluntad o por obligatoriedad.
No quiero decir que ella te odie o tú a ella, pero si puedo decir que te da la oportunidad de someterte a su mando por voluntad o por fuerza. Ahí radica la fe. ¿Cuál es tu fe hacia ella?..
… te has condenado, has tomado la decisión, lo hiciste hace tiempo. Estás muerto, has estado muerto desde el día que ella llegó a tu vida y tú la aceptaste. Condenado a su voluntad renunciaste a tu supervivencia. Ella no te regresará la vida, porque a pesar de que no te quiere como ser amoroso, tampoco quiere que estés con alguien más. Pero también la has matado, tuviste un as bajo la manga todo el tiempo sin darte cuenta; ella también necesita de ti con la misma correspondencia que los dioses necesitan de los hombres para sobrevivir. Ella no quiere regresar contigo como pareja, pero tú no aceptarás estar con ella como amigo; y esa ha sido tu carta en la última tirada.
Nunca fuiste ingenuo, lo sabías bien y supiste jugarle al tú por tú, pero no has querido aceptar tu yo maligno.
Ambos son un objeto correspondido del deseo, han sido capaces de darlo todo a cambio de él y este es el resultado. Ambos muertos, ambos desgarrados del alma, ambos hermosos, pero ninguno gana, ninguno tiene la posibilidad de salir menos lastimado.
¿Querías tu respuesta?, ahora condénate al continuo sometimiento del dolor amoroso, solo quedan dos y el juego continúa, sólo quedan tú y ella y el final se va acercando.
2 comentarios:
Mario wow tengo el privilegio mas grande que me ha permitido el destino de poder ser testigo de es como es que un poeta tan excelente como tu escribe sus letras con base en lo esta sintiendo viviendo, la gente comun y corriente como yo pues lee poesia, pero creeme que nunca habia pensado en de donde habia salido dicha poesia que habia pasado por la mente y vida del poeta para escribir tan lindas cosas, hoy gracias a ti le encuentro mayor sentido a la poesia pues ahora se que ustedes los poetas tambien tienen vida y sufren lloran y rien como nosotros...
Un abrzo grande Sr. Poeta es usted un ser admirable
Felicidades!!
Rosy
Si cabrón yo también pensaba que esos pinches poetas mamones hacian sus poesía en el retrete o mientras se autoerotizaban frente a la compu, ahora sé que es por ardidos y depresivos, jaja.
No te creas, vamos pa delante carnal
saludos.
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