de aquella bestia mitológica
que dejaras encadenada
a las esquinas de mi cuarto
con tu partida.
Esa rabiosa criatura
neurótica de sangre,
ansiosa de huesos quebrados
y canciones rasposas.
Tu la llamas soledad,
yo creo que es una maldita arpía.
Cuando te vallas,
una vez que cierres la puerta,
la miserable se desprenderá
del último de tus pasos,
se resguardara en las sombras
para comenzar a roerme las entrañas
cuando me halle distraído.
La muy puta soledad
se divertirá con las fotos
que colgamos en las paredes,
con su distinguido sadismo,
la fiera me robará las noches y los días,
para matarme.
No quiero hospedarla aunque me obligues,
llévate a la bestia en tu maleta,
no le permitas brotar de tus pasos.
A la primera persona que encuentre
una tarde fumando,
la invitaré a mi cama
y la besare simulando amor,
para cerrarle la puerta
a tu sanguinaria sombra.
3 comentarios:
Ese amigo Mora, me agradó este poema....creo que es de lo mejor que te he leído.
Jajaja...ya veo que comienzas a sucumbir ante la errónea idea de que el amor no existe, tanto, que al menos, ya tienes a la bestia enjaulada en el lenguaje.
Nunca me hagas eso...
jaja, solo hable de amor para decir que lo simularia, esta bestia no es amorosa, esta bestia soledad la conocemos de sobra amigo, hemos tenido que lidiar con ella, y no es en absoluto amor.
Bello...me encanto....
...me encanto la frase:
...imagino que los amaneceres brotan con la sonrisa que despliegas...
Un beso..y espero verte por alla!!
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