Cuando la vida era para llorar nosotros preferíamos reír y continuar sonriendo, yo apoyado en tu hombro, tú apoyada en mi corazón; cuando un día nos sorprendió la tarde tomados de la mano, caminando hacia tu casa, platicando cualquier cosa por pasar el tiempo juntos, el tiempo se hizo pequeño y las horas fluían como gotas de mar.
No sé bien lo que paso o tal vez es que no quiero recordarlo, te fuiste o yo me fui, el caso es que el vacío de nuestras manos entrelazadas se quedó más vivo que nunca entre las calles por las que nos miraban pasar; no sé bien a dónde estás y si algún día me recordarás, quizás el tiempo se ha encargado de sepultar lo que un par de traiciones no pudieron desgraciar.
Hoy, entre los vacíos que mi vida no alcanza a llenar, te recuerdo; te pido una disculpa aunque sé que jamás la escucharas, si mis palabras lo ameritan. Recuerdo que te quería, recuerdo que me querías como un par de adolescentes que tal vez siempre fuimos, recuerdo tantas cosas con el sabor de los días de hoy, y como quisiera que el recuerdo no fuera el mismo.
1 comentarios:
No he terminado de leer todo lo que hay aqui, pero esta en verdad me late, porque si hay algo que duele es el recuerdo, pero tambien vivifica, saludos
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