cuando el tiempo haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti tal vez.
Seguramente mis sucesivos cuerpos
- prolongándome, vivo, hacia la muerte -
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos;
¡que me importa que no sean estos ojos!
te seguirán a donde vayas, fieles.
Para Edna
1 comentarios:
De veras es tanto misterio, esto de pensar en lo que fuimos, en lo que somos y lo que seremos. Tanto vértigo y tanto cambio; y a la vez se cargan las mismas piedras.
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