que tiene una ventana
que se dirige
nuevamente hacia la puerta
que no lleva a ninguna parte.
Estoy detrás de tu sombra
que siembra el piso
de urdimbres de cabello
mal peinado
de pescados que no saben nadar.
Una vez fui tu diente chueco
tu alcanfor rancio
tu cometa estropeado
con el hilo roto y las alas largas.
De eso ya no quedan sino
recuerdos
negativos de fotografía
del color azufre que empaña
los segundos de una memoria
que se niega a ser pasado.
Y las tres tetas del tiempo
me sonrojan el alma, el alba
el horizonte de la memoria,
el tiempo, el olvido.
Cada día nos parecemos
más a la muerte, más sin suerte
con el recuerdo desafinado
mientras te lanzas al escondrijo
de la distancia,
yo prefiero irme contigo
que quedarme a tu lado
aunque no seas
lo que no eras
como el gato del viento
que nos lame las pestañas.
Y así te quiero de nuevo
aunque sea
aunque quererte
sea ponerle un gato
al cascabel.