Que te condene Dios, que yo no puedo...
Donde ya no te tengo,donde estorba la gente,
yergue en la miseria
la melodía perversa
de los escombros;
me dicen que es la muerte
Habrá que levantar las banquetas,
apagar los silencios,
marchitar cada vela
de cada rastro
donde pisaste
e izar la bandera del destierro.
Aquí no sirven los crucifijos,
ni la autocompasión.
Aquí los castillos de incienso
se derriten bajo el cielo vacío
de las constelaciones
y el aire es tan ardiente
que las palabras
se pierden en la arena
calcinadas de extremo a extremo.
Aquí ni la poesía,
ni el pan nuestro de cada día
avivan
la chimenea;
aquí sólo hay ecos
y abortos de cuentos:
unos ojos
bordados al cristal
del ventanal
mirando pasar la memoria;
ese cementerio absurdo
al que nos acostumbramos
pasados los días.
Aquí hay un trozo de alma, amor,
un trozo de hombre
jugando al suicida,
esperando por vos.
Si es verdad que sólo saliste de viaje,
no te vuelvas cartas,
no hagas del cartero
mi enemigo supremo,
no arrojes tu boca
en un sobre frío,
no cortes de tajo
de Ariadna aquel hilo,
no abandones nuestro laberinto,
no abandones,
no abandones.
2 comentarios:
Mario
Hace mucho que no pasaba por aqui y hoy que entro me encuentro con este lindo poema, no sabes que bello me parecio, al leerlo senti como cuando estas comiendo tu postre favorito y mientras mas comes mas te gusta y menos quisieras que se terminara, entonces comienzas a comerlo lentamente para alargar el final; pues asi disfrute tu poema lentamente para que el final no llegara tan pronto. ¡Que hermoso poema ! nunca me cansare de expresarte la gran admiración que tengo a tu persona y a tu trabajo. simplemente eres maravillo.
Felicidades!!
Saludos desde el DF
Ross
Hola Nunca antes había dejado un comentario, soy tu seguidora, me encanto el poema y se siente cada palabra por que lo vas viviendo.
Seguiré esperando más publicaciones.
Te mando Saludos¡¡¡¡
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