El agua discutía con la arena
en una batalla campal
por saber quien cedía
y quien montaba entre la noche.
Nos vimos como cada tarde
entre las tablas
de aquella puerta del mar
a imitar a las olas
con la espuma de las palabras.
Y un día advertimos
que los cuerpos se desgastaban
como los puertos
que atesoran recuerdos
de nuevas barcas
y emprendimos el viaje
que conducía
al otro lado del mundo,
llenos de dudas,
y mudos
como botellas
que han liberado naufragios,
con un mensaje
detrás de la boca,
esperando ser descubiertos
en otro puerto, en otro mar.
Nunca supe si lo entendiste,
pero algunos amores
también sobreviven al nado
de las arenas del tiempo,
como esperando
encontrar el camino
de la eternidad,
como mis ojos
donde estampaste
tu adiós
en una batalla campal
por saber quien cedía
y quien montaba entre la noche.
Nos vimos como cada tarde
entre las tablas
de aquella puerta del mar
a imitar a las olas
con la espuma de las palabras.
Y un día advertimos
que los cuerpos se desgastaban
como los puertos
que atesoran recuerdos
de nuevas barcas
y emprendimos el viaje
que conducía
al otro lado del mundo,
llenos de dudas,
y mudos
como botellas
que han liberado naufragios,
con un mensaje
detrás de la boca,
esperando ser descubiertos
en otro puerto, en otro mar.
Nunca supe si lo entendiste,
pero algunos amores
también sobreviven al nado
de las arenas del tiempo,
como esperando
encontrar el camino
de la eternidad,
como mis ojos
donde estampaste
tu adiós
aquel octubre
muerta de miedo.
muerta de miedo.
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