Timbres postales: Grietas de la fe (Mario Rovel)

Ela ahí,
siempre dorada
como el sol de otoño.

Herida
de algún extremo
pero aferrada al tiempo.

Ela ahí
reposando en los parques
y en los juzgados,
entre las grietas
de los panteones
y entre las manos
de los amores
que no claudican
ni en los inviernos
del rastro norte

Ela ahí
contando historias
de verbos hechos
carne y gloria,
de madres tristes
y cruces rotas;

y mira al mundo sonreír profundo
debajo del metal,
encima del tabaco,
entre el paisaje pardo
y el desfile del venado blanco.

Ela ahí
contemplando el mar
como esperando a Aquiles,
reposando en el fuego
de la sed humana,
oxigenando estrellas
adornadas de esmeraldas.

Mírala,
que el universo
se nos expande
y se contrae
como una oruga
que camina
y resplandece
y echa a volar.

Fotografía: La mano de dios