Ayer te estirabas en cualquier alfombra,
te envolvías en cualquier luna.
Ahora sólo quedan nuestras sombras,
restos de mi semen y tus dudas.
El fin,
salvo demanda de tu amparo,
tocó dos veces a la puerta
y sólo abrió el cartero,
-te dejo el universo entero,
te quiero, porque ya no quiero-
Llámalo ironía,
pero aquella noche cancerbero,
atentando al noticiero
y agrietado de perfidia,
gritó -te hubiese dado más,
de lo que no tenía-
Tomaste las maletas,
anunciaste a cuatro copas tu partida,
juraste no volver a casa del big Rovel
y por si fuera poco,
antes del primer galope,
me rompiste en facto
la canción de la alegría.
¿Cómo iba yo a saber
que el cofre del tesoro,
se encontraba detrás de la salida?
te envolvías en cualquier luna.
Ahora sólo quedan nuestras sombras,
restos de mi semen y tus dudas.
El fin,
salvo demanda de tu amparo,
tocó dos veces a la puerta
y sólo abrió el cartero,
-te dejo el universo entero,
te quiero, porque ya no quiero-
Llámalo ironía,
pero aquella noche cancerbero,
atentando al noticiero
y agrietado de perfidia,
gritó -te hubiese dado más,
de lo que no tenía-
Tomaste las maletas,
anunciaste a cuatro copas tu partida,
juraste no volver a casa del big Rovel
y por si fuera poco,
antes del primer galope,
me rompiste en facto
la canción de la alegría.
¿Cómo iba yo a saber
que el cofre del tesoro,
se encontraba detrás de la salida?
Pintura: Instantáneas III (Aut: Marcela Santantón)
0 comentarios:
Publicar un comentario